Nadie quiere ser tonto o incluso ser llamado tonto, para el caso. La Biblia usa mucho esa palabra, pero hoy podríamos usar otras palabras, como muñeco, risa o payaso. Jesús contó una historia sobre un hombre que era un tonto y muy rico. La historia tenía la forma de una parábola y decía algo como esto: había una vez un hombre rico que tenía una gran granja. Probablemente fue un muy buen agricultor, lo que hizo que todo lo que hizo prosperara. Puede haber tenido buen juicio sobre dónde plantar cada semilla dependiendo de si era trigo, cebada o centeno.