Cada día se hacía más claro que Absalón pretendía ser el próximo rey de Israel, y ¿qué no le gustaría de esa idea? Era guapo, confiado y audaz. El rey David siempre había sido un hombre humilde, mientras que Absalón era arrogante y engreído. David había sido un hombre profundamente espiritual desde sus días como pastorcillo, mientras que las acciones de Absalón mostraron muy poca evidencia de una conexión con Dios.