Hadassah era un niño huérfano en una nación de judíos que había estado viviendo en Babilonia y Persia desde los días de Daniel. A una edad temprana, perdió a sus padres y se fue a vivir con su primo Mordecai en la ciudad real de Shushan. Se convirtió en padre para ella y le enseñó a amar a Jehová, el único Dios verdadero.