Pasaron los años y el rey Nabucodonosor murió. Varios otros reyes iban y venían. Finalmente, el nieto de Nabucodonosor, Belsasar, llegó al trono. Los tiempos no eran buenos para el Imperio babilónico. El rey Belsasar fue un rey débil e insensato que pasó gran parte de su tiempo organizando fiestas.