Desde el comienzo de este mundo, ha sido el objetivo de Satanás derrotar a Dios en la guerra entre el bien y el mal. Desde la caída de Adán y Eva en El Edén, hasta la crucifixión de Jesús, hasta los últimos días de la historia de este mundo, Satanás ha estado trabajando tratando de hacer que tú y yo dudemos que Dios nos ama. Todos los días Satanás nos acecha “como un león rugiente, buscando a quien pueda devorar” (1 Pedro 5:8). A medida que se acerca el tiempo para que Jesús venga de nuevo, podemos estar seguros de que aumentará esos ataques.