Mientras Pablo estaba en prisión, escribió muchas cartas a las iglesias que había comenzado. Las cartas fueron escritas para alentar a las iglesias, para decirles a los creyentes lo que Dios quería que hicieran y advertirles sobre las formas en que Satanás podría intentar tentarlos. Una de las cartas que escribió fue a la iglesia en Éfeso. En esta carta, les dijo a los creyentes que la vida cristiana es similar a la de un soldado romano.
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