En la costa norte de Galilea se encontraba el pequeño pueblo de Capernaum. Jesús pasó gran parte de su tiempo allí e hizo muchos milagros. Aún así, los líderes de la sinagoga local no le abrirían sus corazones. Le hicieron difícil cada oportunidad que tuvieron. Un día Jesús estaba enseñando con sus discípulos cerca de él en la casa de Simón Pedro. Había tantos invitados que la casa estaba abarrotada.