Se acercaba la hora de la fiesta de la Pascua, y Jesús sabía que sería la última. Ya casi era hora de que Él muriera en la cruz. Sabía que estaba listo para dar su vida para salvar al mundo, y sin embargo estaba preocupado por sus discípulos. Esperaban que fuera coronado como el Mesías y el Rey en cualquier momento, pero ese nunca había sido el plan de Jesús. Por más que lo intentó, no pudo hacerles entender que debía sufrir y morir antes de ser coronado como Rey de reyes y Señor de señores.