El profeta Samuel había muerto, y todos en Israel lloraron la muerte de este gran hombre. Es probable que los servicios funerarios duraran hasta 30 días, porque así es como se hicieron las cosas en el antiguo Israel. Incluso el rey Saúl fue a honrar al hombre de Dios, aunque los dos no habían sido amigos durante años. Dejó a David solo por un tiempo para poder asistir a los servicios funerarios.