Un día, Jesús y sus discípulos fueron invitados a una boda. Una boda y la fiesta que siguió a veces podían durar hasta una semana. Se invitó a muchas personas, por lo que los invitados que se quedaron durante la semana tuvieron que sentarse en las alfombrillas durante el día y dormir en ellas por la noche. Siempre había mucha comida y bebida. Se les dio a los invitados todo tipo de golosinas, como almendras, uvas, pasas y dátiles. Lo más importante de todo fue la bebida que se sirve. Como había muchos viñedos en Galilea, el jugo de uva casi siempre estaba disponible
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