El rey Saúl odiaba a David por dos razones principales: 1) David era más popular entre la gente. Eso hirió el orgullo de Saúl. ¡Después de todo, él era el Rey! 2) Dios había ungido a David para ser el próximo rey de Israel. En aquellos días, si eras rey, tu hijo tomaba tu lugar cuando ya no podías gobernar el país. El rey Saúl no podía soportar la idea de que David reemplazaría a su hijo, Jonathan, y terminaría con la familia real.