David sacó una piedra lisa y redonda de su bolsa de cuero y apuntó a un árbol a cincuenta pasos de distancia. ¡Gusto! ¡La piedra fue directamente a su objetivo! Golpear un árbol a esa distancia fue difícil, pero golpear a un león o un oso fue aún más difícil. Levantó la vista hacia el cielo azul y las nubes blancas mientras pensaba en eso. Cuidar ovejas como pastor no era una tarea fácil para un adolescente. Además de los animales salvajes, había ladrones y bandidos en las colinas que rodean a Belén.